De la 🥤 gaseosa sabor a cola a la creación de un 📚 libro sin distancias
Antes de hablar de autores, libros y escritura, comencemos por hablar sobre una botella de Coca Cola.
Pero no una cualquiera, sino una Coca Cola retenida en un envase de vidrio que transpira frío, con la misma intensidad con la que ha sido envuelta en el hielo de una buena heladera.
Naturalmente, cualquiera de nosotros se sentiría irresistiblemente atraído a abrirla y aprovechar de inmediato su temperatura de muy pocos grados, disfrutando del efecto refrescante que se deja ver seductoramente en la transpiración del vidrio. Pero antes de tomarla, pensemos si dos supuestos anteriores, un poco menos sexys, protagónicos y visibles, podrían no estar presentes en la escena, aunque poco se los perciba.
Empecemos por el primer supuesto: el sujeto
En este caso el sujeto se despliega sobre la fama y la personalidad de una mega compañía, que es quien realiza la magia. Coca Cola Company como ese sujeto que le da vida al producto, aparece entonces como la hechicera milenaria que en un caldero poderosamente oculto en algún lugar recóndito del Planeta mezcla los ingredientes resguardados con el mayor de los celos para generar el líquido dulce, como así también el procedimiento ritualístico que este, sin duda alguna, debe respetar.
Esta es la famosa “fórmula de la Coca Cola”, que por muy poco, casi no nos sentimos indefectiblemente trasladados a un castillo medieval en alguna parte de una épica campiña en el que se pronunció por primera vez, quizás por el mismo Merlín, la fórmula que pareciera no tener fecha de vencimiento en cuanto a su capacidad para resultar ser un tónico irresistible, relacionado directamente con su campaña de publicidad asociada a los momentos de felicidad y mesas compartidas en célebres fiestas navideñas familiares.
Volviendo a nuestro análisis montados sobre el lomo de un dragón que nos saca de la campiña medieval, y una vez que hemos permitido ser trasladados a los insospechados orígenes de tan celosa fórmula, entonces veamos el segundo supuesto que resulta infaltable para que sea posible la existencia de esa botella de vidrio helada frente a nosotros: el envase.
Sí, exactamente: el envase
Aunque suena un tanto simplista decirlo así. Y es por eso que sería correcto desglosar todo lo que se encuentra implicado, “envasado”, en el continente de vidrio, en la botella.
En primer lugar, gran parte del mérito definitivamente se lo lleva el equipo de diseño que estudia al detalle el envase correcto para el producto, que en este caso, es el jarabe dulce, la gaseosa con sabor a cola. No es lo mismo usar cualquier material, como tampoco resulta indiferente la cantidad de líneas que funcionan como ondas o vetas que recorren el alto de la botella, dándole también una sensación de placer al contacto con la botella. Tampoco es indistinto el tamaño, las aristas que se forman, si estas son más suaves o más fractalizadas, el color del vidrio, el grosor, el color de la tapa, la forma de la etiqueta, entre otros detalles. Por lo tanto, podríamos decir que parte del logro de esa generación irresistible de deseo en los consumidores debemos adjudicárselo, sin titubeos, al envase.
Este envase, sin embargo, no se vende solo. Aún cuando reúna las propiedades más virtuosas desde el punto de vista del diseño, este es envasado, cubierto, potenciado por el marketing, por las acciones específicas que se llevan a cabo para dar a conocer el producto, y que están destinadas a ponerle un precio para llevar el producto a los puntos de venta. Acabo de referirme a las conocidas 4 P’s del marketing, y para repasar, veamos cuáles son:
- Primera P ➡️ Producto: la gaseosa.
- Segunda P ➡️ Plaza: mercado objetivo trazado como norte para desembarcar con el producto.
- Tercera P ➡️ Distribución: sería la estrategia de logística, de alcance y llegada del producto a los puntos de venta.
- Cuarta P ➡️ Promoción: las tácticas publicitarias y de difusión de la propuesta, del producto en particular que la marca decidió lanzar al mercado.
Al mencionar las 4 P’s del marketing podemos darnos cuenta con facilidad de que la transpiración helada es tan sólo uno de los soldados aguerridos que trabajan en favor de la venta del producto y en el alcance del logro esperado: que el consumidor desee adquirirlo.
Entonces, ya tenemos la hechicera que conjura la sagrada fórmula, y también ya tenemos el mérito indiscutible del envase recubierto de toda una estrategia integral de marketing y comercialización.
¿Y ahora? ¿No se suponía que hablaríamos de autores, libros e historias?
Ese es el punto. En la escritura sucede lo mismo. Cuando una persona desea escribir una historia, darle bajada, plasmarla en un documento que vaya tomando vida capítulo tras capítulo, se piensa inmediatamente en la urgencia y en la necesidad de definir la trama, los personajes, los escenarios y un final impredecible y sorpresivo. Sin embargo, los bloqueos pueden aparecer pronto, ya que, al igual que nuestra botella transpirada de Coca Cola no sólo se trata de la bebida en sí, escribir una historia tampoco se trata sólo de escribir una historia. Veamos por qué:
La hechicera
Ahora, en nuestro nuevo relato haremos un trueque y cambiaremos a la hechicera que conjura la magia por el autor o autora que conjura la historia.
Antes entonces de pensar de lleno en la historia y en sus características típicas que la convertirán en una novela, debemos pensar, trabajar y enfocarnos en quien produce la magia. Antes de lanzarnos de lleno en la historia es necesario indagar en la persona fuente productora de esa historia: ¿Tiene bloqueos? ¿Tiene creencias limitantes? ¿Se toma en serio su deseo por escribir? ¿Tiene un entorno apropiado para que su conexión y su creatividad fluyan? El trabajo sobre la persona antecede a cualquier urgencia justificada que quiera desplazar el foco directamente hacia la escritura de la historia en sí.
En segundo lugar, haremos otro trueque
Donde antes teníamos un envase de vidrio, ahora tenemos un libro. Un producto. Una propuesta con un valor económico que será lanzada a un mercado, y que debe ir acompañada de acciones de marketing, de difusión, de comercialización.
Es necesario también analizar al libro como un producto que deberá tener un precio, que será distribuido en canales digitales y probablemente físicos, analizar estrategias de campañas de publicidad y en un mercado específico, como también analizar lectores que tengan un perfil determinado y que serán quienes probablemente estén dispuestos a pagar por el producto, por el libro.
Y por último, recién en este momento podemos hacer el tercer trueque
Cambiaremos la gaseosa, la bebida dulce y refrescante, por la historia en sí, por la novela, por una que esté cargada con sus burbujas de gas que trasladen personajes, tramas y escenarios.
En el Curso de Escritura Literaria con la metodología Lean Writing del Artista que ofrecemos desde Alana | Escritores ágiles, este es el enfoque y el abordaje que se propone, dejándonos guiar por la siguiente fórmula:
AUTOR + PRODUCTO + HISTORIA = LIBRO
Que sería lo mismo para el caso de nuestra gaseosa:
AUTOR (Coca Cola Company) + PRODUCTO (Envase y las 4 P’s del marketing) + HISTORIA (bebida sabor a cola) = LIBRO (Botella de vidrio de Coca Cola)
Esta fórmula integrada por estos tres miembros es lo que saca como producto final al libro, y es así como proponemos trabajarnos como autores y trabajar en la historia: primero la persona, luego analizar su empaque de marketing para luego pasar a las páginas en blanco y generar un relato que haya soportado diferentes análisis.
Luego de esta reflexión, nos gustaría saber qué te trajo este tema:
🥤 ¿Pensaste alguna vez en escribir una historia, o bien, escribes tus historias sin primero priorizar en tu trabajo emocional y creativo?
🥤 ¿Cuentas con técnicas, abordajes o maneras de generar un espacio propicio para que tu caudal interno fluya en esa deseada historia?
🥤 ¿Has contemplado qué harás luego de terminar tu novela, cómo la venderás, dónde la venderás y cómo la darás a conocer?
Te animamos a que compartas tu opinión en comentarios.
🎙️ Melodías de un escrito | El podcast para escritores
Te dejamos el enlace al programa en el que reflexionamos sobre escritura y su universo creativo:









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